Sin el permiso de Daroo pongo algunos chistes que me consegui navegando por la web antes de irme al colegio!! (: xD
Un chico vendiendo periódicos gritaba:
¡Extra, extra, 48 personas estafadas en un día!
Un señor que estaba cerca le dice:
Por favor, déjeme uno.
El chico le entrega el periódico al señor y sigue gritando:
¡Extra, extra, 49 personas estafadas en un día!
¡Extra, extra, 48 personas estafadas en un día!
Un señor que estaba cerca le dice:
Por favor, déjeme uno.
El chico le entrega el periódico al señor y sigue gritando:
¡Extra, extra, 49 personas estafadas en un día!
Un hombre entra a la ferretería.
¿Señor tiene clavos?
No, no tengo.
¿Y pintura?
La verdad es que tampoco tengo.
¿Y un serrucho?
Mire señor, para serle franco no tenemos nada.
Bueno, ¿y entonces por qué no cierra?
¡Porque no tengo candados!
¿Señor tiene clavos?
No, no tengo.
¿Y pintura?
La verdad es que tampoco tengo.
¿Y un serrucho?
Mire señor, para serle franco no tenemos nada.
Bueno, ¿y entonces por qué no cierra?
¡Porque no tengo candados!
Un hombre llega a una venta de tarjetas de San Valentín y pregunta al tendero:
¿Tiene tarjetas que digan para mi único y verdadero amor?
El tendero responde:
Sí tenemos.
Y el hombre responde:
Deme ocho, por favor.
¿Tiene tarjetas que digan para mi único y verdadero amor?
El tendero responde:
Sí tenemos.
Y el hombre responde:
Deme ocho, por favor.
Este era un día en que el señor presidente paseaba por la calle, cuando escucha una voz que dice:
¡Que se muera el presidente!
Este mira desconcertado para todos lados y cuando ve un loro en la ventana de una casa decide tocar la puerta de ésta, al abrir la dueña de la vivienda, el presidente disgustado le dice que él pasará mañana y el loro no deberá decir eso.
La señora preocupada, fue a casa del sacerdote y éste canjea con ella el loro, la señora se lleva el loro del sacerdote y el sacerdote se queda con el loro de ella. Al día siguiente pasa el presidente y observa que el loro no dice nada, éste enojado le dice al loro:
¿No vas a decir que se muera el presidente?
Y el loro contesta:
¡Que Dios te oiga hijo mío, que Dios te oiga!
¡Que se muera el presidente!
Este mira desconcertado para todos lados y cuando ve un loro en la ventana de una casa decide tocar la puerta de ésta, al abrir la dueña de la vivienda, el presidente disgustado le dice que él pasará mañana y el loro no deberá decir eso.
La señora preocupada, fue a casa del sacerdote y éste canjea con ella el loro, la señora se lleva el loro del sacerdote y el sacerdote se queda con el loro de ella. Al día siguiente pasa el presidente y observa que el loro no dice nada, éste enojado le dice al loro:
¿No vas a decir que se muera el presidente?
Y el loro contesta:
¡Que Dios te oiga hijo mío, que Dios te oiga!
Hillary Clinton después de fallecer fue al cielo y se encontró con San Pedro, y muy curiosa viendo los relojes en la pared le preguntó:
¿Para qué son todos esos relojes, Peter?
Y él le contestó:
Pues veras, cada uno de ellos es una persona que vivió en la tierra y cada vuelta de las manecillas son las mentiras que pronunció en su vida, por ejemplo:
¿Ves ese de allá?
Sí, contesta ella.
Pues, ese le perteneció a Abrahan Lincoln y sólo dio una vuelta, eso quiere decir que pronunció una mentira en su vida.
¿Y aquel que esta allá? ¿De quién es?, pregunta Hillary.
Y San Pedro le contesta:
Ese fue de Teresa de Calcuta y nunca dio una sola vuelta.
Entonces, muy entusiasmada Hillary pregunta:
Y por casualidad, ¿No has visto el de mi esposo, Bill Clinton?
Sí, contesta San Pedro, ese lo tiene Jesús en su oficina como abanico.
¿Para qué son todos esos relojes, Peter?
Y él le contestó:
Pues veras, cada uno de ellos es una persona que vivió en la tierra y cada vuelta de las manecillas son las mentiras que pronunció en su vida, por ejemplo:
¿Ves ese de allá?
Sí, contesta ella.
Pues, ese le perteneció a Abrahan Lincoln y sólo dio una vuelta, eso quiere decir que pronunció una mentira en su vida.
¿Y aquel que esta allá? ¿De quién es?, pregunta Hillary.
Y San Pedro le contesta:
Ese fue de Teresa de Calcuta y nunca dio una sola vuelta.
Entonces, muy entusiasmada Hillary pregunta:
Y por casualidad, ¿No has visto el de mi esposo, Bill Clinton?
Sí, contesta San Pedro, ese lo tiene Jesús en su oficina como abanico.
Estan muy buenoos xDD
Sorry Daroo :K
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